jueves, 13 de marzo de 2014

14 DE MARZO, DÍA EUROPEO PARA LA PREVENCIÓN DEL RIESGO CARDIOVASCULAR

El 14 de marzo es el día europeo para la prevención del riesgo cardiovascular


El 14 de marzo se celebra el Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular con el objetivo de sensibilizar a la población sobre la importancia de la prevención de las enfermedades cardiovasculares.

Las enfermedades cardiovasculares y cerebro-vasculares son la principal causa de mortalidad y discapacidad en España, donde afectan a más de 11 millones de personas, casi el 25% de la población.

En el mundo, cada año mueren 17,1 millones de personas por las enfermedades cardiovasculares y según la Organización Mundial de la Salud, el 80% de las muertes prematuras podrían haberse evitado siguiendo un estilo de vida saludable y reduciendo factores de riesgo como el colesterol, la hipertensión, la diabetes, la obesidad y el tabaquismo. Además de estos factores de riesgo, el estilo de vida actual está haciendo que ciertas circunstancias empiecen a destacar, también, como factores de riesgo cardiovascular, como por ejemplo la apnea del sueño, el estrés, la contaminación o el consumo de drogas.

Con motivo de la conmemoración, mañana viernes 14 de marzo, del Día Europeo de la Prevención del Riesgo Cardiovascular y del Día Mundial del Sueño, la Fundación Española del Corazón (FEC) indica que un descanso nocturno adecuado se asocia a una mejor salud cardiovascular.

Concretamente, y según un estudio publicado en European Journal of Preventive Cardiology, aquellas personas que, además de llevar unos hábitos de vida saludables (realizar actividad física de forma regular, mantener una dieta equilibrada, moderar el consumo de alcohol y no fumar), duermen un mínimo de siete horas al día, reducen hasta en un 65% el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y hasta un 83% el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular en comparación con aquellas personas que no siguen ningún hábito de vida saludable.

El estudio analizó los hábitos de vida de 6.672 hombres y 7.967 mujeres. Tras 12 años de seguimiento, se produjeron 607 eventos cardiovasculares (129 muertes por enfermedad cardiovascular, 367 infartos de miocardio no mortales y 111 ictus) y se observó que las personas que mantenían una alimentación equilibrada, realizaban ejercicio físico, moderaban el consumo de alcohol y no fumaban reducían el riesgo cardiovascular en un 57% y el riesgo a morir por enfermedades del corazón en un 67%. Lo novedoso del estudio es que estos porcentajes se incrementaban en un 14% y en un 22% respectivamente cuando los sujetos, además, dormían un mínimo de siete horas diarias.

El estudio también reveló que por el contrario, dormir poco se asocia a una mayor incidencia de sobrepeso, obesidad, hipertensión, colesterol y triglicéridos.

"Un sueño reparador ayuda a disminuir la presión arterial, mejora la función endotelial y, en definitiva, es un factor más a tener en cuenta para la prevención de las enfermedades cardiovasculares", explica el Dr. Enrique Galve, presidente de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y miembro de la FEC. "Mientras dormimos se produce una relajación muscular que también afecta a las arterias. Esta relajación provoca una bajada fisiológica de la presión arterial de entre un 10% y un 15%".


El correcto descanso nocturno de entre siete y nueve horas debe acompañarse de los buenos hábitos ya conocidos como son una alimentación saludable, el consumo moderado de alcohol, el ejercicio físico constante y el no fumar.

El correcto descanso nocturno no sólo tiene que ver con la cantidad de horas que dormimos sino también con la calidad de nuestro sueño. Así lo demuestra un trabajo publicado en Journal of Sleep Research, que relaciona la calidad del sueño con la función endotelial, es decir, con la capacidad vasodilatadora de arterias y venas. Durante la investigación se analizó la calidad del sueño de los participantes mediante encuestas y polisomnografía (una prueba que determina, entre otros, los movimientos oculares durante el sueño, el tiempo total del sueño y el flujo de aire que entra y sale de los pulmones). También se midió la vasodilatación gracias al flujo de la arteria braquial y, tras el análisis de los datos, se observó que aquellas personas que duermen de una forma más deficiente, tienen una peor función endotelial.

La función endotelial es el primer estadio de la arteriosclerosis. Aquellas personas que presentan disfunción endotelial tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares ya que ven disminuida la capacidad vasodilatadora de sus arterias y, por consiguiente, aumentan su presión arterial.

El Dr. Enrique Galve explica que,
"no dormir bien altera las funciones más elementales del proceso de la enfermedad cardiovascular. De hecho, algunas alteraciones del sueño tienen consecuencias cardiovasculares negativas", y recuerda que, "la apnea obstructiva del sueño, una de las alteraciones más graves que consiste en la obstrucción de la vía aérea, disminuye el flujo de oxígeno y aumenta el ritmo cardiaco provocando un aumento de la presión arterial que no sólo se da en el periodo nocturno sino también durante el día. Es por ello que podemos afirmar que los periodos de sueño no reparador pueden tener graves consecuencias para nuestra salud, entre ellas, el desarrollo de la enfermedad cardiovascular".


Buenos hábitos para dormir mejor


Algunas personas encuentran dificultad para conseguir un sueño reparador durante toda la noche. Es por ello que la FEC lanza algunas recomendaciones que pueden ayudarnos a descansar correctamente:

  • Evitar estimulantes durante la tarde: si nos cuesta conciliar el sueño es mejor evitar algunos productos que contienen teína o cafeína durante las horas previas a acostarnos. Ocurre lo mismo con otros productos estimulantes como el chocolate o el cacao.
  • Alimentación ligera para descansar mejor: no es recomendable comer abundantemente antes de ir a dormir. Para cenar deberíamos evitar los alimentos pesados y los que contienen propiedades diuréticas, ya que nos harán levantar a media noche para ir al baño.
  • Ejercicio físico sí, pero no a última hora del día: la actividad física constante ayuda a dormir mejor pero debemos evitar realizarla a últimas horas de la tarde o por la noche ya que esta eleva la temperatura de nuestro cuerpo y puede dificultar el sueño.
  • El mito del alcohol: a pesar de que algunos piensen que una copa de alcohol puede ayudar a conciliar el sueño, lo cierto es que lo altera en el resto de etapas. Es por ello que debemos evitar su consumo antes de ir a la cama. 
  • Horarios constantes: mantener unos horarios, incluso durante el fin de semana, nos ayuda a descansar correctamente.


La siesta, una buena costumbre a tener en cuenta


Descansar entre 20 y 30 minutos después de comer ayuda a recuperar fuerzas para afrontar mejor el resto del día. La siesta favorece la relajación del cuerpo y también provoca, al igual que el descanso nocturno, una bajada de la tensión arterial.

El Dr. Galve insiste en la importancia de realizar ejercicio físico diario pero nunca después de comer ya que, "en ese momento la sangre se deriva a la cavidad abdominal y aumenta el trabajo cardiaco a causa de la función de la digestión. Hacer actividad física en ese momento puede aumentar el riesgo cardiovascular".

Echarse la siesta es una opción perfecta para cuidar la salud de nuestro corazón, especialmente después de una comida copiosa y siempre que nuestros horarios laborales nos lo permitan. De esta forma ayudamos a nuestro cuerpo a llevar a cabo la digestión, relajarnos y favorecer la salud de nuestro corazón.

El aceite de oliva


La Fundación Española del Corazón (FEC) reconoce que la ingesta diaria de aceite de oliva nos ayuda a proteger la salud cardiovascular gracias a su composición en ácidos grasos y por sus componentes antioxidantes, que nos protegen ante la arterioesclerosis y reducen los niveles de colesterol LDL (malo).

Son múltiples las propiedades saludables que ya desde hace tiempo se han asociado a los beneficios del aceite de oliva y, en concreto, a la prevención de la arteriosclerosis y la disminución de la presión arterial. "Este zumo de aceituna natural, considerado el oro líquido de nuestra dieta, nos aporta un alto valor nutritivo necesario para seguir una alimentación equilibrada y saludable, esencial para el correcto funcionamiento del motor principal del organismo, nuestro corazón", destaca el Dr. Leandro Plaza, presidente de la FEC.

El aceite de oliva virgen es un alimento con alto contenido en sustancias antioxidantes y vitaminas, que además también es rico en otros compuestos naturales como los carotenos y polifenoles, compuestos antioxidantes que ayudan a prevenir la aparición de enfermedades crónicas como, por ejemplo, la enfermedad cardiovascular.

Los polifenoles son sustancias conocidas por su poder antiinfamatorio y antitrombótico que ejercen un efecto cardioprotector ante la arterioesclerosis, un proceso de estrechamiento y endurecimiento de las arterias debido a la perdida natural de elasticidad asociada al trascurso de la edad. La arterioesclerosis es responsable de un gran número de enfermedades cardiovasculares, tales como la angina de pecho, infarto de miocardio, hipertensión arterial y enfermedad vascular periférica. Así, se ha demostrado que los polifenoles ejercen la función de conservar la función endotelial, aportando mayores concentraciones de óxido nítrico, que disminuyen el estrés oxidativo y el riesgo isquémico.

El aceite de oliva es también rico en ácido oleico, un tipo de grasa monoinsaturada que ejerce una acción beneficiosa en los vasos sanguíneos, reduciendo los niveles de colesterol LDL (malo) en sangre, a la vez que hace aumentar el colesterol HDL (bueno), otro beneficio más que hace de este alimento, un jugo saludable. "La sustitución de grasas saturadas por grasas insaturadas en la dieta, contribuye a mantener niveles normales de colesterol sanguíneo. Tanto el ácido oleico como el ácido omega3 son grasas insaturadas", explica el Dr. Plaza; quien añade que, "para disminuir el riesgo cardiovascular y en general mejorar la salud, es recomendable volver a las viejas costumbres de la dieta mediterránea y utilizar el aceite de oliva como principal grasa de nuestra dieta".

Fuente: Fundación española del corazón

Y como no aquí dejamos un vídeo:

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