Alec Collett |
Al 21 de marzo del año que escribo estas lineas había 56 funcionarios de las Naciones Unidas detenidos, y seguían cautivos otros 4 miembros del personal de las Naciones Unidas y personal asociado que habían sido secuestrados por agentes no estatales
El Día Internacional de Solidaridad con los miembros del personal de la ONU detenidos o desaparecidos se conmemora todos los años con ocasión del aniversario del secuestro del Sr. Alec Collett, ex periodista que trabajaba para el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas en el Cercano Oriente cuando fue secuestrado por elementos armados en 1985. Su cuerpo fue encontrado en el valle de Bekaa en Líbano en 2009.
En los últimos años, el Día Internacional de Solidaridad con los miembros del personal detenidos o desaparecidos ha cobrado una importancia aún mayor con la intensificación de las agresiones contra las Naciones Unidas. Se trata de un día para impulsar la adopción de medidas, exigir justicia y reforzar nuestra decisión de proteger a los funcionarios y al personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, así como a nuestros colegas de la comunidad de organizaciones no gubernamentales y la prensa.
Trabajar al servicio de la causa por la paz es una peligrosa ocupación. Desde que se fundaron las Naciones Unidas, cientos de valerosos hombres y mujeres han perdido la vida en esta misión.
Ole Bakke, un noruego que servía en Palestina, fue el primer caído, abatido a tiros en julio de 1948. El conde Folke Bernardotte de Suecia, un mediador de la ONU en Palestina, fue el segundo, asesinado dos meses después.
La cabeza principal de la ONU fue cercenada en 1961, cuando el Secretario General Dag Hammarskjöld, junto con 6 colegas, murió en un avión que se precipitó a tierra en el Congo, durante una misión en busca de la paz.
Treinta años después, el número y la magnitud cada vez mayor de misiones de mantenimiento de la paz de la ONU, pone a su vez a muchos más en peligro. En el decenio de los años 90 se perdieron más vidas que en los cuatro decenios anteriores en su conjunto.
En el primer decenio del siglo XXI, las Naciones Unidas se convirtieron, ellas mismas, en el principal blanco: sus instalaciones fueron atacadas en Baghdad en 2003, Argelia en 2007 y Kabul en 2009.
Los desastres naturales también han cobrado la vida de aquellos que sirven a las Naciones Unidas. El terremoto de Haití en 2010, por ejemplo, tuvo un saldo trágico de 102 miembros del personal, siendo la mayor pérdida registrada en una sola ocasión en la historia de la Organización.
Fuente: ONU