Niño enganchado a los videojuegos |
Como ocurre con muchas actividades, el uso de los videojuegos puede ser beneficioso o perjudicial dependiendo de cómo los empleemos. En este sentido se pueden dar algunas recomendaciones.
Controlar el tiempo dedicado a su uso
En primer lugar es importante limitar su uso, incluso dedicándole un espacio determinado en el horario del niño (sobre todo durante las vacaciones). Algunos autores sugieren no dedicar más de tres a cuatro horas a la semana a la práctica de esta actividad. Podemos emplearlo incluso como refuerzo positivo para otras actividades u objetivos educativos. Pueden resultar muy útiles si los utilizamos como ?premio? (cuando acaban la tarea, al ayudar en casa, etc...). También pueden ser una buena forma de que ayuden a los más pequeños.
Vigilar el contenido de los videojuegos
Sigue siendo muy importante un control adecuado de los contenidos de los juegos. Debemos asegurarnos a la hora de adquirirlos, de que sean los adecuados para la edad del niño. Procuraremos estrenarlos con ellos para asegurarnos de que no contengan ningún peligro.
Potenciar la vida familiar
No podemos olvidar que el abuso de los videojuegos puede ser consecuencia de la ausencia de un adecuado clima de vida familiar. Los videojuegos son adoptados por los niños y sobre todo por los adolescentes para llenar un vacío. Los padres pueden ser considerados como elementos distantes y ajenos por parte de ellos. Para evitarlo, podemos empezar participando en los juegos utilizándolos como un aliciente más para fomentar la comunicación y el contacto con los hijos, aunque esto nos lleve un tiempo.
Este tiempo que dediquemos solamente a estar con nuestros hijos nunca será una pérdida sino todo lo contrario. Por otro lado, nunca debemos considerar por nuestra parte a los videojuegos como un sustituto de la educación familiar y menos emplearlos a modo de niñera. Finalmente, no debemos olvidar que ante todo hay que mantener una actitud de educación integradora en los niños. Los videojuegos pueden cumplir una misión en una determinada faceta de la educación que se verá completada con otras actividades como el arte, el deporte o la lectura.
Detectar situaciones de alto riesgo
Los padres deberán estar alertas cuando el niño o adolescente presente un comportamiento no adaptado a un uso correcto de los videojuegos. Entre las posibles anomalías que podemos observar pueden estar las siguientes:
- Uso compulsivo de la videoconsola como por ejemplo, encenderla nada más levantarse, aprovechar cualquier tiempo libre por pequeño que sea para usarla o acudir a ella de forma precipitada cuando acaban otras tareas.
- Aparición de cambios en el comportamiento (impulsividad, violencia) y en el rendimiento escolar.
- Desarrollo de un individualismo exagerado.
- Abandono de otras actividades o aficiones como el deporte, la lectura o las salidas con los amigos.
- Realización de pequeños hurtos y la consecuente negación del problema cuando se le interroga.
Llegados a este punto, y ante la presencia de datos que nos puedan indicar la existencia de un problema serio en relación con los videojuegos, será conveniente recurrir al consejo que nos puedan dar profesores, orientadores o especialistas en la materia.
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