Ya ha pasado el día de San Valentín, una de esas festividades que han creado los grandes almacenes, para que nos dejemos nuestros ahorros en ellos, pero eso sí, con amor, con mucho amor. Es algo así como la navidad, día de reconciliaciones, pero en pareja, él con ella, ella con él, él con él, ella con ella. Y todos tenemos la obligación de comprarle un detalle, si no esa noche ya sabes lo que te espera.
Y yo me pregunto ¿No será más agradecido el regalo que se hace por qué sí, sin que te lo marque ninguna fecha del calendario, ese regalo sorpresa, inesperado, altruista, desinteresado? ¿Es que ese es el único día del año que quieres a tu pareja, o acaso es el único día que te acuerdas de que tienes pareja? ¿Por qué narices, tenemos que comer turrón solamente en navidad, si a mí gusta todo el año?
También es un día que nos olvidamos de la dieta alimenticia de todo el año, que nos ha costado euros, hambre y malos humores, y regalamos bombones, que siempre quedas bien y siempre puedes comer tú también.
Otra industria que también hace negocio son los farmacéuticos, no voy a explicar el motivo, pues se supone claro. Día influyente para la natalidad, aquí se lo pensaran más, pues nuestro querido gobierno ha retirado el cheque-bebe.
No tenga nada en contra de las floristerías, que quede claro, pues tal como esta el tema, hacen su agosto el día de Todos los Santos y San Valentín.
En fin, un día del que muchos comen y a otros se la……………, pues eso.
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